La casa de la colina, camino Luis Tuya. Óleo de W.Marotta
Las imágenes que van quedando de
niño son pocas. Incluso no del todo claras según pasa el tiempo. El hogar de
mis primeros años de vida estaba en calles Rodó y Rivera, en el Barrio Oeste,
como hasta los 5 o 6 años. Lo que puedo recordar es que algunas veces nos
acercábamos con mi hermano hasta calle 19 de Abril a esperar el viejo ómnibus
de los papeleros. En él regresaba El Viejo de trabajar en la Fábrica Pamer. Incluso en la
memoria quedan grabadas algunas frases de sus compañeros de trabajo: “hoy se
quedó, no vino”, y así volvíamos a casa sin él.
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