CARTA DE ARAMÍS GÓMEZ BERISSO
“Montevideo,
29 de octubre de 2001
Estimado
Wilde Marotta Castro.
De
mi mayor estima: hago estas líneas apurado, porque transcurren los días y no
quiero dejar pasar uno más sin decirte que cada vez no dejo de asombrarme de la
obra inmensa escrita por ti en “Los Indios Mansos…”. Me quedo asombrado de la
documentación consultada y de la dedicación de vida, volcada en esa obra. Y
repaso los recuerdos de la presentación del Libro en el Club, del fervor y de
la gente que concurrió, constituyendo el acto uno de los recuerdos más lindos
que me han quedado, de los que hacemos en el Club. De la felicidad que nos
hayas elegido para la presentación en Montevideo, en fin, de todo lo vivido.
La
verdad histórica es una meta inalcanzable por lo difícil de conocer las mil y
una circunstancias de los hechos ocurridos. En algún sentido, es una
reconstrucción que va haciendo cada generación con la acumulación de nuevos
aportes.
La
verdad histórica se ha dicho, confina con el arte, con la verdad del arte, porque
exigen una verdad integradora, un acto espiritual que en este caso se ha dado
plenamente por tu doble condición de artista y de investigador.
Voy
leyendo tu libro y me asombra tu entrega. Me caló hondo tu emoción cuando te di
la palabra y sin hablar, nos inundaron tus sentimientos y el gesto noble de
alcanzarle el ramo de flores a tu esposa Imelda, expresión del reconocimiento
de tu alma inmensa.
Otro
abrazo y otra expresión de mi admiración.
Aramís
Gómez Berisso.”
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