martes, 5 de febrero de 2013

HOGAR ESPAÑOL DE MERCEDES, URUGUAY


EL HOGAR ESPAÑOL
            De niño recuerdo perfectamente la vieja cantina del Hogar Español, ubicada sobre calle Haedo, con su par de escalones, su gran estufa, las mesas de juego de cartas, el billar, las sillas al costado del billar para quienes quisieran disfrutar del juego, los banderines y algún poster del Athletic Bilbao, el cantinero Víctor y españoles varios más que hacía algunos años habían emigrado hacia Mercedes y prosiguieron con su vida, nucleándose en esta institución.
Hogar Español de Mercedes, Uruguay
            El Viejo hacía los carteles en donde se plasmaban los campeonatos internos del Hogar, en cuestiones de casín. Torneos de primera y segunda categoría, por doble eliminación, con 16 participantes para hacer matemática la competición.
            Le encantaba jugar al casín y después de sus trabajos todavía tenía fuerzas y ganas de compartir ratos agradables. Yo recuerdo pasar horas en el Hogar Español, viéndolo jugar y a su vez esperando que dejaran de hacerlo. Entonces con alguna mirada cómplice a mi padre y al cantinero Víctor, me hacía de algún taco, imaginaba mi propia mesa de casín y le daba a las bolas. No recuerdo aburrirme en el Hogar Español, invitado siempre por El Viejo a algún refresco o lo que quisiera.
            MAROTTA-CERCHI

            El Viejo también participaba de campeonatos de casín entre parejas de diferentes instituciones. Recuerdo claramente una final de un torneo en la sede del Club Peñarol. Calor de verano y mucha gente alrededor de la mesa. El Viejo hacía pareja con su amigo Cerchi, el dueño del comercio de zapatos. Perdieron esa final por un solo punto, tal vez culpa de ese insecto que supo desviar ligeramente una bola y evitar que un palo cayese, en la recta final de la partida. Es que la luz sobre la mesa atrajo a decenas de pequeños insectos. También con Atilio Schettini supo formar pareja para disputar torneos.

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