martes, 5 de febrero de 2013

CRISIS CARDÍACA - 1983


CRISIS CARDIACA – 1983
            El Viejo fue operado del corazón en 1983. Sabíamos que durante los trabajos para el Museo Paleontológico “Alejandro Berro”, que se estaba reubicando en el Castillo Mauá, El Viejo se había sentido un poco mal. Pasaba muchísimas horas trabajando, no sólo cumpliendo con su trabajo en Fábrica Pamer, sino también dedicando mucho tiempo al Museo, ya que se trabajaba contra el reloj, dada la fecha de su inauguración.
            Habían llegado un par de expertos en el tema, para asesorar del traslado del Museo y trabajar en él, mientras que El Viejo era el responsable de plasmar en dibujos y maquetas el pensamiento del Lic. Arturo Toscano y su compañero.
Ilustración de W.M. en el Museo Berro de Mercedes, Uruguay
            Poco tiempo después un infarto desató las preocupaciones. Sobre una medianoche, llegando a casa, me esperaban unos compañeros de Independiente para comunicarme que El Viejo había estado con el Dr. Eduardo Gianoni, quien lo trató en primera instancia y lo ingresó al Sanatorio Mercedes. Traslado a Montevideo al IN.COR. (Instituto del Corazón) de la Asociación Española a vivir difíciles momentos.
            A las pocas horas le practicaron un cateterismo y volvió a planta con más cables y cosas pegadas a su cuerpo, sobre su pecho. Para mi madre y yo la información del médico fue clara y contundente: “si pasa la noche, mañana lo operaremos”.
            La más larga noche, deseando que siguiera sonando ese aparato que marcaba también en pantalla los latidos del corazón. El Viejo dormía.
            A mis 21 años supe esa noche de mis miedos. Tuve miedo que se muriera El Viejo. Ante situaciones inesperadas y en extremo se despiertan sensaciones escondidas. Ese miedo me duró siempre, igual sabiendo que más tarde o temprano la muerte nos tocará a todos.
            A la mañana siguiente a la sala de operaciones. Mis miedos dentro de mí, los miedos de El Viejo no sé. En su aparente tranquilidad algo debía estar pasando dentro suyo. Pero ese pensamiento se lo quedó él. Fue así que poco a poco comencé a comprender que aquel Viejo, a veces renqueante y que a mí me parecía un poco débil, era en realidad más fuerte de lo que yo pensaba… y más valiente.
            Su corazón aguantó la operación. Lograron hacerle volver a funcionar un par de arterias, pero una le quedaría bloqueada para siempre. Los médicos dijeron no querer arriesgar tanto. La garantía de su operación sería de ocho años, hasta 1991.
            Su recuperación en el In.Cor. duró unos ocho días. El Viejo había adelgazado y poco a poco comenzaba a caminar lentamente por los pasillos de la Asociación Española, en su cuarta planta. Luego fue dado de alta y volvió a Mercedes en ómnibus, para continuar con su recuperación.
            Comenzaba entonces un período reflexivo y de planificar su futuro. Pero al cabo del tiempo El Viejo volvió a su vida, a lo suyo. Volvió a trabajar en Fábrica Pamer y en la Intendencia Municipal de Soriano. Volvió a su vida de siempre.
            MI MADRE, QUIEN MEJOR LO PODIA CUIDAR
            A partir de entonces El Viejo deja de fumar y mi madre, también fumadora hasta ese entonces, acompaña esa decisión y ya no aparecerían más cigarrillos en mi casa.
W.M. y su esposa Imelda Francia
            Las comidas pasaron a cambiar y aquí el papel de mi madre como ama de casa toma más importancia aún en el cuidado de mi padre. Comidas sanas, sin sal, pero buscando siempre la manera de encontrarle algún punto de sabor para que El Viejo fuese encontrándole otros sabores. El proteccionismo de mi madre chocaba a veces con las ganas de comer de mi padre, pero ese cuidado en las comidas hacía que El Viejo mantuviese su salud adecuadamente y por ende prolongar su vida. A fin de cuentas, había sido operado del corazón a una edad temprana: 53 años.
            Es así que mi madre, adecuándose inmediatamente a su papel de cuidarle hábitos y costumbres, resultó factor fundamental para que El Viejo siempre estuviese en la línea de lo que los médicos decían.
            UN RETRATO PARA EL DOCTOR
            El Viejo debía hacer visitas periódicas al In.Cor, en Montevideo. En una de esas visitas viajó con su máquina de fotos y le sacó varias al doctor que lo había operado. A la siguiente visita le llevó un retrato, en forma de caricatura, que al doctor le encantó. Ciertamente El Viejo combinaba mucho el rostro real con la caricatura y el humor, según la profesión del retratado.
            MAS MEDICOS
            En Mercedes W.M. era atendido básicamente por el Dr. Eduardo Gianoni. Años más tarde también se puso bajo la supervisión de una clínica en Montevideo, dirigida por el Dr. Orestes Fiandra.
            OTRA VEZ EL CORAZON - 2002
            Años más tarde, a principios del 2002, el corazón le dio otra alerta. En la ambulancia que lo trasladó de Mercedes a Montevideo viajé con él. Le hicieron una intervención, rápida y urgente, estilo cateterismo, y fue así que lograron nuevamente desbloquear sus venas y normalizarlo. El susto había pasado, los cuidados debían seguir siendo exigentes. Volvimos también en ambulancia rumbo a Mercedes… y a seguir pintando.


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