CRISIS CARDIACA – 1983
El Viejo fue operado del corazón en
1983. Sabíamos que durante los trabajos para el Museo Paleontológico “Alejandro
Berro”, que se estaba reubicando en el Castillo Mauá, El Viejo se había sentido
un poco mal. Pasaba muchísimas horas trabajando, no sólo cumpliendo con su
trabajo en Fábrica Pamer, sino también dedicando mucho tiempo al Museo, ya que
se trabajaba contra el reloj, dada la fecha de su inauguración.
Habían llegado un par de expertos en
el tema, para asesorar del traslado del Museo y trabajar en él, mientras que El
Viejo era el responsable de plasmar en dibujos y maquetas el pensamiento del
Lic. Arturo Toscano y su compañero.
Ilustración de W.M. en el Museo Berro de Mercedes, Uruguay |
Poco tiempo después un infarto
desató las preocupaciones. Sobre una medianoche, llegando a casa, me esperaban
unos compañeros de Independiente para comunicarme que El Viejo había estado con
el Dr. Eduardo Gianoni, quien lo trató en primera instancia y lo ingresó al
Sanatorio Mercedes. Traslado a Montevideo al IN.COR. (Instituto del Corazón) de
la Asociación Española
a vivir difíciles momentos.
A las pocas horas le practicaron un
cateterismo y volvió a planta con más cables y cosas pegadas a su cuerpo, sobre
su pecho. Para mi madre y yo la información del médico fue clara y contundente:
“si pasa la noche, mañana lo operaremos”.
La más larga noche, deseando que
siguiera sonando ese aparato que marcaba también en pantalla los latidos del
corazón. El Viejo dormía.
A mis 21 años supe esa noche de mis
miedos. Tuve miedo que se muriera El Viejo. Ante situaciones inesperadas y en
extremo se despiertan sensaciones escondidas. Ese miedo me duró siempre, igual
sabiendo que más tarde o temprano la muerte nos tocará a todos.
A la mañana siguiente a la sala de
operaciones. Mis miedos dentro de mí, los miedos de El Viejo no sé. En su
aparente tranquilidad algo debía estar pasando dentro suyo. Pero ese
pensamiento se lo quedó él. Fue así que poco a poco comencé a comprender que
aquel Viejo, a veces renqueante y que a mí me parecía un poco débil, era en
realidad más fuerte de lo que yo pensaba… y más valiente.
Su corazón aguantó la operación.
Lograron hacerle volver a funcionar un par de arterias, pero una le quedaría
bloqueada para siempre. Los médicos dijeron no querer arriesgar tanto. La
garantía de su operación sería de ocho años, hasta 1991.
Su recuperación en el In.Cor. duró
unos ocho días. El Viejo había adelgazado y poco a poco comenzaba a caminar lentamente
por los pasillos de la Asociación Española ,
en su cuarta planta. Luego fue dado de alta y volvió a Mercedes en ómnibus,
para continuar con su recuperación.
Comenzaba entonces un período
reflexivo y de planificar su futuro. Pero al cabo del tiempo El Viejo volvió a
su vida, a lo suyo. Volvió a trabajar en Fábrica Pamer y en la Intendencia Municipal
de Soriano. Volvió a su vida de siempre.
MI MADRE, QUIEN MEJOR LO PODIA
CUIDAR
A partir de entonces El Viejo deja
de fumar y mi madre, también fumadora hasta ese entonces, acompaña esa decisión
y ya no aparecerían más cigarrillos en mi casa.
W.M. y su esposa Imelda Francia |
Las comidas pasaron a cambiar y aquí
el papel de mi madre como ama de casa toma más importancia aún en el cuidado de
mi padre. Comidas sanas, sin sal, pero buscando siempre la manera de
encontrarle algún punto de sabor para que El Viejo fuese encontrándole otros
sabores. El proteccionismo de mi madre chocaba a veces con las ganas de comer
de mi padre, pero ese cuidado en las comidas hacía que El Viejo mantuviese su
salud adecuadamente y por ende prolongar su vida. A fin de cuentas, había sido
operado del corazón a una edad temprana: 53 años.
Es así que mi madre, adecuándose
inmediatamente a su papel de cuidarle hábitos y costumbres, resultó factor
fundamental para que El Viejo siempre estuviese en la línea de lo que los
médicos decían.
UN RETRATO PARA EL DOCTOR
El Viejo debía hacer visitas
periódicas al In.Cor, en Montevideo. En una de esas visitas viajó con su
máquina de fotos y le sacó varias al doctor que lo había operado. A la
siguiente visita le llevó un retrato, en forma de caricatura, que al doctor le
encantó. Ciertamente El Viejo combinaba mucho el rostro real con la caricatura
y el humor, según la profesión del retratado.
MAS MEDICOS
En Mercedes W.M. era atendido
básicamente por el Dr. Eduardo Gianoni. Años más tarde también se puso bajo la
supervisión de una clínica en Montevideo, dirigida por el Dr. Orestes Fiandra.
OTRA VEZ EL CORAZON - 2002
Años más tarde, a principios del
2002, el corazón le dio otra alerta. En la ambulancia que lo trasladó de
Mercedes a Montevideo viajé con él. Le hicieron una intervención, rápida y
urgente, estilo cateterismo, y fue así que lograron nuevamente desbloquear sus
venas y normalizarlo. El susto había pasado, los cuidados debían seguir siendo
exigentes. Volvimos también en ambulancia rumbo a Mercedes… y a seguir
pintando.
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